Cuencas Neogeno-Cuaternario


 

Las elevaciones de los estratos que forman las unidades montañosas de las Cordilleras Béticas, dejan entre ellas unos huecos que son ocupados por las sedimentaciones posteriores, y se conocen como Cuencas Neogeno-Cuaternario.

 

Detectamos dos etapas diferenciadas entre sí, tanto por su origen como por su composición.

 

Por un lado están las ocupadas por sedimentos marinos que se depositaron entre el Mioceno Inferior y el Medio. Forman cuencas alargadas en la dirección de la cuenca Bética. Están formadas por depósitos marinos de plataforma, compuestas por calizas y margas blanquecinas con foraminíferos. Las podemos encontrar en las zonas situadas entre Villena a Agres, de Alcoy a Tárbena, de Castalla a la Carrasqueta, o en los alrededores de Finestrat o de Guadalest. 

 

Por otro lado tenemos las ocupadas por sedimentos de origen marino, que tuvieron lugar entre el Mioceno Superior y el Plioceno, y las formadas por sedimentos de origen continental, las cuales fueron depositadas durante el Cuaternario. 

 

Los estratos formados durante el Mioceno Superior y el Plioceno, están formadas por calizas y margas amarillentas, incluso areniscas, que suelen presentar restos fósiles de fauna correspondiente a la zona costera, formada por moluscos bivalvos y gasterópodos, corales, y equinodermos, entre otros. 

 

Se localizan principalmente al sur de la falla de Crevillente, y forman parte de la conocida como Cuenca de Murcia-Alicante. Con ligeras extensiones al norte de la citada falla, aparecen en los alrededores de Agost, Elda o Villena. Con el levantamiento de la corteza, posteriormente los afloramientos del Mioceno Superior y Plioceno quedan reducidos al sur de la falla de Crevillente, estando actualmente presentes en la zona litoral como la Sierra de Elche, Guardamar, Santa Pola, Hurchillo, etc.

 

El resto queda recubierto por los sedimentos continentales de origen arcilloso, tras la retirada del mar hacia la línea actual de costa.