Las zonas internas se desarrollan en la parte meridional del eje principal de la Cordillera Bética, hundiéndose hacia el sur en el Mar de Alborán, y se han desarrollado íntegramente sobre la placa de Alborán.
Las zona internas béticas están presentes en la provincia de Alicante a través de unos escasos afloramientos, de rocas poco metamórficas, que forman parte del Complejo Alpujárride. Están localizadas principalmente en la Sierra de Orihuela y Sierra de Callosa.
Salvo excepciones, es prácticamente carente de fósiles. Están formadas por cuarcitas en su base, cubiertas por calizas y dolomías, que son explotadas a través de varias canteras, como material de construcción.
Una pequeña mancha aparece también en la Isla de Tabarca.
Están afectadas por los movimientos orogénicos de acercamiento de las placas Nubia (africana) y la Eurasia, con un aproximamiento de unos 5 mm./año. Su complejidad queda presente en la presencia de un alto número de pliegues y fallas, dando lugar a un alto grado de actividad sísmica.
Se distinguen tres complejos:
Las Zonas Internas fueron formadas durante la orogenia alpina, que fue el proceso tectónico que tuvo lugar como consecuencia de la convergencia de las placas africana y euroasiática.
El desarrollo de este proceso se llevó a cabo en las siguientes fases:
El Penibético se extiende a lo largo de la costa meridional de España, desde Cádiz hasta Alicante.
Está formado por calizas y dolomías del Triásico, así como calizas margosas del Jurásico y Eoceno.
Se formó también durante la orogenia alpina, pero su estructura está más influenciada por el apilamiento de mantos de corrimiento.
Su escasa presencia en la parte oriental de las Béticas, y la escasez de elementos fósiles, lo descartan como de interés paleontológico.