La clase Cephalopoda está formada por un grupo de moluscos de los más evolucionados y de mayor tamaño conocidos.
De hecho, los Ortocerátidos son el grupo de mayor tamaño entre los cefalópodos, habiendo llegado a alcanzar hasta los 10 metros de longitud.
Sus orígenes se remontan a unos 522 millones de años, en el Cámbrico basal.
Los cefalópodos poseen una inteligencia avanzada, para ser invertebrados, pues incluso pueden ser capaces de resolver laberintos. Otro punto importante es su visión desarrollada, gracias a sus ojos evolucionados.
Su cuerpo presenta simetría bilateral y la cabeza está provista de tentáculos. Tienen una concha separada en tabiques, que puede ser externa o interna. Los que mantienen concha externa, el animal vive siempre en la última cámara, también conocida como "cámara de habitación", quedando el resto tabicadas y unidas por un sifón.
La concha externa se inicia a partir de la protoconcha, que es una porción de forma cónica desde la que comienza su crecimiento. Cuando el crecimiento se produce hacia adelante, es decir, con la cara ventral hacia afuera, reciben el nombre de exogástricas. Por otro lado, si lo hacen hacia atrás, con la cara ventral hacia adentro, se les denomina endogástricas.
El tipo de crecimiento de la concha externa puede ser de varias formas, atendiendo a las cuales reciben los siguientes nombres:
La clase Cephalopoda se divide en tres subclases:
La mayoría de sus clases y órdenes son conocidos a través de sus fósiles, pues han sido extinguidos, quedando en la actualidad tan solo algunos géneros del orden Nautilida (Nautilus), y las órdenes Teuthida, Sepiida y Octopodida.
Los principales grupos de cefalópodos fósiles son:
Los cefalópodos son fósiles muy abundantes a lo largo de las Béticas, principalmente los ammonites, cuyos ejemplares están presentes en la mayoría de estratos fosilíferos del Jurásico y Cretácico principalmente.